Equilibrio, palabra omnipotente. Todos lo buscan, todos lo desean. Yo, como todos, emprendo una aventura interminable siquiera para alguna vez rozar su superficie.
Hoy no tengo equilibrio. Me embriagó la euforia y así prosigo con esta nota: eufórico.
Si quieren, háganme un juicio y métanme preso por estar en esta cárcel de la subjetividad. Pero saben, no me importa. Escribiré cegado acerca de lo yo no poseo en este instante así tenga mil ataduras.
Sí pues, yo no poseo lo que a un equipo de fútbol le sobra y le sobra en todas sus líneas, en la banca, en el técnico, en la hinchada, etc. Hoy era perfecto por momentos. Tan perfecto que contagia. Así, hasta el menos técnico de los jugadores se atreve a hacer una huachita, un taco...
Valdez: Muchos sostienen que no es un gran arquero. Quizás no sea el mejor ni esta entre los 5 mejores arqueros del mundo, pero bueno es. Si no ¿cómo es que tapa en el barza? Se agranda a veces y hace buenos partidos
Puyol: Huevos…en todo sentido. Impasable. Sabe con la pelota.
Pique: Solvente, técnico. Uno de los mejores defensas del mundo.
Abidal: Preciso, nunca se equivoca, simple.
Daniel Alves: Una maquina de ataque. Entre los dos mejores laterales derechos del mundo.
Busquets: El “equilibrio” en el equipo. Hace y deshace.
Xavi: motor, elegancia, etc, etc.
Iniesta: En cualquier posición la descose. La lleva pegada al pie, demasiado inteligente.
Villa: Y eso que unos pensaban que era solo goleador.
Messi: El mejor jugador de fútbol de la historia y no me jodan.
Probablemente el barza sea el mejor equipo de la historia. Creo que muchos viejos han cedido ya en esta cuestión y creo que otros viejos no han podido contar una historia como la de este equipo. La novela del Barcelona F.C es tan excesiva, barroca y exagerada que Cien años de soledad a su costado es casi un libro vago y sencillo. Antes de que me siga ganando la euforia mejor me largo